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El origen del conflicto matrimonial

¡¿Amor?!

Y el campeón se llama ...

Muchas veces he escuchado decir a parejas, que su boda fue el día más bonito y feliz de su vida. Obviamente es una gran alegría cuando dos personas se han encontrado y se aman de tal manera que quieren pasar el resto de sus días juntos. No obstante, deseo a los novios que el día de su unión nupcial no sea el más feliz, porque, si fuese así, solo les quedarían tiempos con menos felicidad. Más bien, les deseo que ese día sea el inicio de muchos días felices juntos.

Lamentablemente, este deseo no refleja la realidad que podemos observar a nuestro alrededor. Muchos matrimonios sufren tensiones, peleas y el número de divorcios aumenta cada año. Muchos llegan a apenas soportar o incluso detestar a aquella persona con la que un día se unieron...

 

 

Como todas las chicas, Isabela soñaba con el amor de su vida. Cuando conoció a Sergio en el cumpleaños de una amiga, se enamoró a primera vista. Él cumplía todas sus expectativas: era guapo, inteligente, sociable, bromista y asistía a una iglesia. Poco después empezaron a salir. Todo marchaba bien, hasta que Sergio empezó a presionarla para acostarse con él. Isabela no quiso, pero en algún momento y a tanta insistencia le entregó lo que tanto quería: ¡su cuerpo! A partir de ahí, todo cambió. Sergio se alejó de ella y la dejó con el corazón roto.

¿Sueñas también con el amor de tu vida? Déjame preguntarte: ¿Es solo tu sueño o es tu meta llegar a establecer una relación duradera? Un deportista que se ha puesto la meta de ganar una medalla olímpica...

Apenas podía respirar. ¿Qué pasaría conmigo si muriera? Sentía mucho pánico. Estuve inclinada sobre el lavaplatos en la cocina de mi casa y traté de llenar mis pulmones con aire. Pero algo no funcionaba bien. ¡Me faltaba oxígeno! ¡Auxilio!

El día que mi vida cambió

Después de ese ataque, estuve bastante tiempo enferma. Empecé a reflexionar sobre mi vida y a prestar más atención a la Palabra de Dios. A pesar de que yo había ido a la iglesia toda mi vida, sabía que no estaba bien con Dios. Sabía que Él era perfecto y que yo había fallado muchas veces. ¡Y en esa condición no podía ir al cielo!

Cierta noche, mi mamá me leyó una historia que...

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