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¿A qué prestas tu atención?

A mi manera

¡Uy! Esa es una trampa...¡Mejor me alejo!

¡Estamos en una constante guerra! Es una guerra por nuestra atención. Las grandes empresas de este mundo compiten sin cesar por captar nuestra atención, porque saben que ella abre el camino a nuestro corazón y nuestro bolsillo. Somos influenciados —mucho más de lo que queremos admitir— por aquello a lo que prestamos atención. “La atención es el comienzo de la devoción”, dijo la poetisa Mary Oliver.

No todo lo que capta nuestra atención en esta era digital y en nuestra sociedad acelerada es malo. El problema es que nuestra atención es un recurso limitado. Por lo tanto, tenemos que ser muy cuidadosos y sabios al elegir a quién o a qué regalamos nuestra atención. ¡Sería fatal perder de vista lo que realmente importa en la vida por estar...

 

 

Dios bendice a los buenos y castiga a los malos. O por lo menos esto pensamos. ¿Pero qué tal si Dios destruyera a los que con nobles motivos quieren honrarle a él? Hoy los llevaré a un viaje por la historia a uno de esos sucesos extraños…

Era la Edad del Hierro en la tierra de Israel. Acaban de coronar a David rey sobre las doce tribus. Tras unos pleitos con las naciones vecinas, su reinado se consolidó e Israel tuvo paz. Entonces, David fue a buscar el Arca de la Alianza, un cofre sagrado cubierto de oro que era la señal visible de la presencia de Dios. Quería tener el arca cerca de él, en Jerusalén, su residencia real y el centro de su imperio. Para ello hizo fabricar un nuevo carro de bueyes para transportar con seguridad la caja sagrada...

El primer versículo bíblico que mi mamá me enseñó fue:“Tú eres el Dios que me ve”. Estas palabras me han hecho mucho bien. Cuando yo era niño, mi papá consiguió un árbol de pera muy especial y lo vigiló cuidadosamente. En el segundo año, ese árbol floreció, pero solo tuvo un fruto. Mi papá estuvo muy preocupado y prestó mucha atención a que la pera madurara bien y que el viento no la hiciera caer. A nosotros, sus hijos, nos advirtió que no la tocáramos. La pera se desarrolló muy bien y todos los que la vieron la admiraron.

—¿Ya está lista para comer? —pregunté un día a mi papá—. ¡Solo quisiera probar un pedacito!

—Espera con paciencia, hijo, recién estará madura en...

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